Las patas de centollo cocidas resultan un exquisito manjar, sobre todo en fiestas y reuniones familiares, y sin embargo, son muy fáciles y rápidas de hacer.
Las patas de centollo no tienen mucho que discurrir para conseguir un resultado sabroso. Pondremos el caldero con abundante agua al fuego y debemos tener en cuenta que la proporción de sal para el cocido de las patas deberá ser de 50 gramos por cada litro de agua que empleemos.
Cuando el agua comience a hervir, añadimos las patas de centollo y dejamos que cuezan durante diez minutos. Con este tiempo, la carne del centollo estará más que lista para ser consumida, a la vez que lo suficientemente jugosa para que suponga un placer al paladar.
Sacamos y ponemos las patas en una fuente y, en principio, llevamos así a la mesa. Cada comensal se encargará de quitar el caparazón y abrir las patas para sacar su carne.
Si se desea, se pueden acompañar las patas de centollo con alguna salsa tipo alioli o una salsa verde con vinagreta. Aunque el mejor modo de comer este marisco es sin añadirle nada más.
Foto orientativa: basykes
Este centollo relleno es todo un festín con el que podrás agasajar a tus invitados en cualquier época del año y no sólo en Navidad.
El sabor de la piña con el del marisco siempre combinan bien, por lo que los centollos rellenos de piña son la mejor forma de demostrarlo y presentarlo.
Para un aperitivo o un primer plato especial, los centollos rellenos pueden jugar un papel perfecto gracias a su sabor y a su mezcla de ingredientes.
El marisco es especialmente agradecido, con muy poco que se le haga. Un ejemplo de ello, lo encontramos en este delicioso e irresistible centollo cocido.
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